
Y el caso no es para menos: una taza de té contiene algo más que un simple líquido, se trata de una bebida única que acaricia los sentidos, estimula la mente, potencia la creatividad, favorece las relaciones sociales y privilegia sus propios cuidados, su salud, su paz de espíritu. Ninguna otra bebida posee los efectos benéficos del té y el mérito es de la teína, sustancia presente en el té en niveles bajos pero eficaces, y, especialmente, de su cuerpo y su aroma.
Si el aroma es el conjunto de perfumes que emanan de cada taza, el cuerpo es la percepción que se tiene, en la boca, de su paladar y textura. Cada aroma actúa sobre la memoria, llevándola a revivir el pasado y a proporcionar, en el presente, momentos de tranquilidad, de dulce confraternidad. |